Dr. Arnulfo Arias Madrid

Arnulfo Arias Madrid: El Político

 

La historia política republicana panameña está marcada por personajes únicos e inigualables, y Arnulfo Arias Madrid fue sin duda uno de ellos. Natural del barrio de Los Forasteros del pueblo de San Juan Bautista en Coclé, Arias nació en las postrimerías del período colombiano, en plena guerra de los Mil Días, y fue el segundo panameño en cruzar sobre su pecho, en tres ocasiones, la banda presidencial, si bien sus contemporáneos y los hechos aseveran que pudo ostentarla unas cinco veces más. Siempre será recordado como un caudillo. Arnulfo Arias Madrid es de esa clase de individuos de los cuales se puede obtener mucha información de su vida pública, pero casi nada acerca de su vida privada. Poco se sabe de su vida laboral fuera de la política y, sólo gracias al historiador Jorge Conte Porras, en su libro Réquiem por la revolución (1990), se reconstruye parte de su vida familiar. Hijo del matrimonio de Antonio Arias Castillo y Carmen Madrid, hermanos de Arnulfo fueron Josefa, Gerardo, Eudocia, Harmodio y Carmen. Antes de su unión con Carmen, Antonio tuvo cuatro hijos: Estanislao, Dominga, Fernando y Nazaria. Arnulfo, o el Fufo, como lo recuerdan quienes lo conocieron, entra a la vida política con un evento que, la historiografía nacional, constantemente, corrige: su participación en los eventos que llevaron al derrocamiento del presidente Florencio Harmodio Arosemena, apenas transcurrido la mitad de su periodo presidencial.

Se afirma que el Movimiento Cívico del 2 de enero de 1931 de Acción Comunal fue encabezado por el doctor Arnulfo Arias Madrid. Pero la realidad es otra. El jefe inicial del movimiento de 1931 debió ser Víctor Florencio Goytía; y digo que debió ser porque, a último momento, éste creyó que la empresa “revolucionaria” no tendría éxito y renunció, temeroso de que los estadounidenses intervinieran en favor del presidente Florencio Harmodio (como lo permitía la Constitución de 1904), pese a que se enteró vía cablegrama fechado el 8 de diciembre de 1931, de que —según sus fuentes, encabezadas por Manuel María Valdés—, tal intromisión no se haría efectiva. En el seno de los miembros de Acción Comunal, agrupación política formada en la clínica odontológica del doctor Ramón E. Mora el 19 de agosto de 1923, se produjeron una serie de objeciones por la actitud de Goytía y entre las voces que en la oposición se levantaron para oponerse a seguir adelante con el movimiento, se encontraba el miembro inscrito el 19 de noviembre de 1930, n°. 157: Arnulfo Arias Madrid. Víctor Florencio Goytía renunció a la presidencia de Acción Comunal y, por consiguiente, a dirigir las acciones del 2 de enero. La responsabilidad quedó en manos del licenciado José Manuel “Nen” Quirós y Quirós. Decididos a no fallar y comandados ahora por Quirós, procedieron a tomar las siguientes acciones, que llevaron a la caída del presidente Florencio Harmodio Arosemena: Primero: cortar las comunicaciones de la capital para impedir que el presidente recurriera al auxilio de las autoridades canaleras. Para ello se ideó un plan que anulara la única central telefónica ubicada en la calle 10. Esta tarea se encomendó a un grupo liderado por Berardo Quintín Gallol, Lino A. Boza, Virgilio Tejada Luna, Carlos Terrientes, Telésforo Gordoy, Pablo Ossa y Víctor M. Wilson; el corte de las comunicaciones telegráficas se encargó a José Ángel Cornejo, Jorge I. Carles y José A. Herazo.

 

Segundo: una vez logrado ese objetivo, según dice Isidro Beluche Mora:

[Nen Quirós] ordenó que encabezados por sus respectivos jefes, partieran los comandos que deberían tomarse los cuarteles de Policía, así: Roberto Clement, el de Las Sabanas (escuadrón de caballería); Homero Ayala P., el Central y el Dr. Arnulfo Arias, el de la Guardia Presidencial. (Beluche, 1979, pp.105-232).

Pero la historia le reservaba un lugar especial a Arnulfo Arias, quien estaba en el lugar y el momento precisos; al quedar descartado por quebrantos de salud Germán Gil Guardia como responsable de la toma de la Presidencia, y secundando a Max Arosemena desde el hospital Santo Tomás, proponen a Arias en su reemplazo. Conte Porras, citando a Bey Mario Arosemena, en su ya mencionado libro, nos dice que los hermanos de Acción Comunal:

[…] aceptaron sin reservas la postulación de Arnulfo, por su determinación en el actuar, y porque al igual que Germán Gil, era una figura que despertaba simpatía en todos los sectores. Como a Germán desde un principio se le había asignado el asalto a la Presidencia, hubo discusiones. [Ramón] Mora quería ser quien dirigiera ese asalto, pero se le eximió de su espontáneo ofrecimiento pues era miope y el asalto se daría en la madrugada. (Conte Porras, 1990).

La historia de Acción Comunal cuenta que cada misión fue exitosa y que en la toma de Las Sabanas no se dio combate, pero sí en la del Cuartel Central y en la Presidencia. Sin embargo, al final del día, el éxito fue para los comandos “comunistas”. La toma de la Presidencia de la República y la rendición del grupo de Arosemena fue un hecho más notorio para la posteridad que las acciones en La Sabana y en el Cuartel Central, con lo cual la figura del médico Arias alcanzó notoriedad con apenas 29 años. Aquí nace el Arnulfo Arias político… y la creencia popular que lo convirtió en adalid del movimiento. Pocos años después, el tiempo disipa el movimiento y sólo queda el recuerdo del acto heroico y osado de Acción Comunal ligado a la figura de Arias. Los años que siguieron permitieron a Arnulfo abrirse camino hacia su primer mandato presidencial. Asociado al año de 1931, pero en un episodio ajeno a la política, el doctor Arias y su esposa Ana Matilde Linares Herbruger de Arias (con quien contrajo nupcias en 1927), adoptan a su sobrino Gerardo de tres años, huérfano de madre. Luego de los sucesos del 2 de enero de 1931, Harmodio Arias Madrid es electo presidente de la república para el período 1932-1936 y nombra a su hermano Arnulfo en el Departamento de Salud Pública; en 1935, lo designa secretario de Agricultura y Obras Públicas. Muchos eventos ocurren en la vida de Arnulfo Arias en la década del treinta. El jurista y escritor Carlos Cuestas (1993), al hacer referencia a ese momento apunta:

El presidente [Juan Demóstenes] Arosemena le distinguió como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante el Gobierno de Francia, donde se encontraba el 23 de octubre de 1939, cuando la Convención del Partido Nacional Revolucionario lo proclamó candidato a la Presidencia de la República para el período 1940-1944. El 16 de diciembre de 1939 falleció repentinamente el presidente Arosemena. Dos días después se encargó de la Presidencia de la República, el Primer Designado Augusto Samuel Boyd, quien al momento de morir el titular representaba a Panamá ante el Gobierno de los Estados Unidos de América. A Boyd le toca presidir uno de los períodos electorales más traumáticos de nuestra historia republicana.

 

En efecto, Arnulfo fue el candidato oficialista, apoyado por los partidos Nacional Revolucionario, Conservador, Liberal Nacional, Liberal Demócrata y Liberal Unido; mientras que su opositor, Ricardo J. Alfaro, fue secundado por los partidos Liberal Doctrinario, Liberal Renovador y el Socialista. Por presiones y agresiones Alfaro retira su candidatura y Arnulfo llega a las urnas sin oposición el 2 de junio de 1940. Según Jorge Conte Porras, cuando Arnulfo aceptó su postulación en 1939 y ocupó el solio en 1940, se presentó la estructura de lo que sería la doctrina panameñista: nacionalista y reformadora de las instituciones nacionales; renovadora de las instituciones jurídicas con un órgano ejecutivo fuerte; selectiva ante los problemas generados por las minorías raciales, específicamente, los antillanos de habla inglesa. Se inicia el periplo hacia la conflictiva Constitución de 1941. Otro aspecto de la vida política de Arnulfo Arias, objeto de especulaciones, fue su supuesta vinculación con el hitlerismo de la época (argumento que emplearía más adelante Ricardo Adolfo de la Guardia cuando derrocó a Arias) y la autoría del folleto “Mejoramiento de la raza”, publicado en 1935, que a decir de sus detractores, fue introducido en la Constitución del 41, como razas de inmigración prohibida. La verdad es que no se ha demostrado que dicho texto fuera producto de la pluma del doctor Arias. En su calidad de director del Departamento de Sanidad y Beneficencia, Arnulfo Arias publicó en el Boletín Sanitario un editorial, suscrito con su nombre, titulado “Eugenesia: El mejoramiento de la raza” (agosto de 1934, año I, no. 3) que resume no sólo el racismo en boga en la época sino el adelanto de lo que vendría después en la Constitución de 1941:

[…] es un hecho que desde 1903 hasta la fecha la poca inmigración que hemos tenido ha sido casi en su totalidad constituida por razas indeseables que han obligado a nuestras Asambleas Nacionales a sancionar leyes como la Ley 13 de 1926, Ley 16 de 1927 y la Ley 6ª de 1928 donde quedan prohibidas las inmigraciones de chinos, japoneses, sirios, turcos, índico-orientales, indio-arios, dravidianos y negros de las Antillas y de las Guayanas cuyo idioma original no sea el Castellano. […] Pero lo hecho no es suficiente para confrontar en debida forma el vital problema de la protección de nuestra raza indo-española, problema que cada día se hace más arduo y de más difícil solución por la inercia tanto de nuestras autoridades, que en muchas ocasiones han apadrinado secretamente unas veces y abiertamente otras, la entrada al país de razas indeseables, como la ignorancia de nuestro pueblo que aún no ha desarrollado suficiente orgullo nacional para no mezclarse con elementos que la inferiorizan. Por eso vemos con espanto una nube negra de habla inglesa ocupar nuevos barrios de nuestra principal ciudad y extenderse por sus suburbios en Las Sabanas, Pueblo Nuevo, Río Abajo y en cada esquina de nuestras aldeas, pueblos y ciudades una mancha amarilla que ha arrebatado con sus métodos comerciales de cuartillo y su dieta de arroz y “chop suey” los negocios de las manos de los panameños. […] Ya es tiempo de que se tomen medidas drásticas al respecto. Es nuestro criterio profesional que como medida de defensa social con miras al mejoramiento de la raza, hay que hacer un esfuerzo en pro de la eugenesia que por lo arriba expuesto imperativa a nuestra nacionalidad.

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